Día 4: Arguedas – Ortigosa de Cameros

Día 4: Arguedas – Ortigosa de Cameros (~154 km y ~2.750 m+)

Hoy tocaba cruzar la Sierra de Cameros, por tanto, teníamos claro que hoy dormiríamos en algún “Cameros”, aunque nuestro objetivo era Ortigosa de Cameros para arañar kilómetros y desnivel, y recuperar lo que no pudimos hacer el día anterior. 

Madrugamos bastante, los primeros 50 kilómetros hasta Calahorra pensábamos que serían rápidos… otra vez ilusas e inocentes… Aunque parecía ser un terreno rodador, la verdad es que fue muy incómodo, suelo muy irregular, obras, máquinas que regaban para compactar y solo sirvieron para llenarnos las bicis de barro que bloqueaban nuestras ruedas…en resumen un calvario.

Desayunamos en Calahorra, el calor apretaba y era necesario ir haciendo paradas para alimentarnos e hidratarnos bien. Cogimos la Vía Verde de Cidacos dirección Arnedillo, tramo bastante rodador, pero también algo “pesado” por no pasar nada, pero sí que agradecimos el rodar fácil.

 

 

Arnedillo era otra parada estratégica para comer, beber, bajar temperatura y descansar bien antes de afrontar la subida a la Sierra de Cameros… seguíamos con la ola de calor. La subida fue por una pista exigente, donde nos íbamos encontrando con varias maquetas de dinosaurios, que daba acceso a los molinos de la sierra. Antes de la bajada, un sinfín de subes-bajas por la loma de la sierra que machacaban nuestras piernas. Era tanto el calor que hacía y sudábamos tanto que era necesario ingerir mucha agua y tomar muchas sales para evitar la deshidratación; pero estábamos muy mal de agua (aparte de ser caldito). Menos mal que tuvimos la suerte de encontramos un campesino que accedió amablemente a darnos una botella, eso fue agua bendita.

Bajada rápida y exigente hasta Jalón de Cameros, lugar ideal para otra parada técnica. Unas coca-colas bien frías y con mucho hielo de rigor, descansar y bajar la temperatura corporal, en compañía de otros riders con los cuales íbamos coincidiendo a lo largo de los días.

Antes de seguir el camino y emprender la subida a la Rasa, optamos por mojarnos el mallot para ir fresquitas, hacía mucho calor y era horas poco recomendables para la práctica del deporte, pero nosotras estábamos decididas a continuar nuestro camino con alegría. 

Después de una bajadita por carretera nos adentramos de nuevo en una subida por bosque que terminaba en una pradera donde nos esperaban las vacas. Esto era la antesala, antes de emprender un elegante porteo de bici por un cortafuegos que nos llevaba a una zona de navegación. 

Bajada hasta Gallinero de Cameros y subida final a Ortigosa de Cameros. Los últimos 7 kilómetros fueron por una preciosa carretera, pero se hicieron un poco largos, nos estábamos quedando sin luz natural, pero nunca perdimos la sonrisa e íbamos bromeando. Ya solo nos quedaba lo mejor: un agradable bocadillo, y una cerveza bien fresca rodeadas de muchos y muchas cameronses que querían escuchar nuestra aventura… ¿de dónde venís? De vitoria, pero antes de llegar a Ortigosa hemos dado una vueltica para hacer hambre 😉